Temas de Catequesis para enriquecer los encuentros
con las familias...
(Fuentes: Inpas: Libros "El Señor Sale a nuestro encuentro", Catholic Link, Editorial San Pablo)
Nos
preparamos para comenzar la misa con el canto de entrada. Es un canto
que nos une a todos, porque a la misa venimos personas de distintos
lugares, culturas, edades y cantamos a una voz, como un cuerpo que somos en torno a Cristo, para celebrar uno de los dones más grandes que Jesús nos dejó: la Eucaristía.
La
misa empieza propiamente con la señal de la cruz, y terminará también
de la misma manera, cuando recibimos la bendición final. Hacer la señal de la cruz nos recuerda que le pertenecemos a Cristo.
En el lenguaje bíblico, el nombre representa a la persona misma.
Empezar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo no es
sólo mencionar el nombre de Dios, sino ponernos en su presencia.
Puestos
en la presencia de Dios, la Iglesia nos invita a reconocer con humildad
que somos pecadores. Porque como dice San Pablo: “Mi proceder no lo comprendo, pues no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero”
(Rm 7, 15). Algo así nos sucede a todos… Por eso, al empezar la
Eucaristía reconocemos humildemente, frente a todos nuestros hermanos,
que somos pecadores. Y para pedirle perdón a Dios, usamos las palabras
del ciego que oyó que Jesús pasaba cerca, y como sabía que no podía
curarse a sí mismo, sino necesitaba del auxilio de Dios, se puso a
gritar en medio de la multitud: “Señor, ten piedad de mí”. Así, con confianza en la misericordia de Dios, rezamos también el “Señor ten piedad”.
En los domingos y solemnidades se reza este himno, que resume el sentido máximo de la vida cristiana:
darle gloria a Dios. Alabar a Dios, no sólo porque es bueno, o porque
nos ayuda, o por las cosas que nos da. Darle gloria por quién es Él,
porque es Dios. Nos ayuda a estar bien orientados, a afirmar que el sentido máximo de nuestra vida es Él.
Este
no es el momento en el que se pasa la limosna, eso viene después. Se
trata de la oración colecta. Es el momento en el que el sacerdote invita
a toda la comunidad a rezar pidiendo. Por eso al empezar la oración el
sacerdote dice a todos: “oremos”. Y extiende las manos en señal de súplica. Es el momento de recogernos todos en silencio y pedirle también al Señor por nuestras necesidades.
Al terminar la oración colecta todos nos unimos a lo que el sacerdote
ha pedido, diciendo juntos: Amén! Se llama colecta porque es la oración
que recoge las peticiones de todos. Porque como dice el Señor en el
Evangelio: “Si dos de Uds se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, lo conseguirán de mi Padre que está en los Cielos”
(Mt 18, 19-20). Y es una oración que nos une con la Iglesia toda, ya
que en cualquier rincón del mundo donde se celebre la misa ese día, se
pedirá por lo mismo.
La primera lectura
está tomada de alguno de los libros del Antiguo Testamento. Es
importante meditarlas, porque por estas palabras, Dios fue preparando a
su Pueblo para la venida de Cristo. Y también nos preparan a nosotros
para escuchar a Jesús, ya que la primera lectura está directamente
relacionada con el Evangelio que se va a leer.
En la primera lectura Dios nos habló por sus profetas, en la segunda por sus apóstoles, ahora en
el Evangelio nos habla directamente por medio de su Hijo Jesucristo. Es
el momento más importante de la liturgia de la Palabra, vamos a
escuchar directamente a Jesús hablando, enseñando, curando. La palabra
Evangelio significa “buena noticia” y esta buena noticia no es sólo un
mensaje, ¡es Jesús mismo! ¡La mejor noticia que ha existido! Es un
momento muy importante, por eso nos ponemos de pie, cantamos con alegría
el aleluya y el Evangelio es proclamado por el sacerdote. Lo escuchamos
de pie, en señal de atención y de la prontitud que queremos tener para
seguirlo. Y al iniciar, nos hacemos la señal de la cruz en la frente, la
boca y el pecho, como diciendo que recibimos la Palabra de Dios en la
mente, la confesamos con la boca y la guardamos en el corazón.
(Fuentes: Inpas: Libros "El Señor Sale a nuestro encuentro", Catholic Link, Editorial San Pablo)
1. Ritos iniciales:
Canto de entrada:
![1](http://catholic-link.com/wp-content/uploads/2015/08/1.jpg)
Señal de la cruz:
![2](http://catholic-link.com/wp-content/uploads/2015/08/2.jpg)
Acto penitencial:
![3](http://catholic-link.com/wp-content/uploads/2015/08/3.jpg)
Gloria:
![4](http://catholic-link.com/wp-content/uploads/2015/08/4.jpg)
Oración colecta:
![5](http://catholic-link.com/wp-content/uploads/2015/08/5.jpg)
2. Liturgia de la Palabra:
El Señor Jesús, antes de alimentarnos con su Cuerpo y con su Sangre en la mesa del sacrificio, nos alimenta primero en la mesa de la Palabra. A través de las lecturas, vamos a escuchar directamente a Dios que nos habla a nosotros, que somos su pueblo.
Lecturas:
![6](http://catholic-link.com/wp-content/uploads/2015/08/6.jpg)
Después de la primera lectura, se lee el salmo.
Los salmos siempre han sido una oración muy importante en la historia
de la Iglesia, porque cuando rezamos con los salmos rezamos con las
mismas palabras de Dios, palabras que Él pone en nuestra boca para que
sepamos cómo pedir, cómo expresarnos. Con los salmos aprendamos a rezar,
aprendemos a hablar con Dios, usando sus mismas palabras, que se
convirtieron en oración.
La segunda lectura está
tomada del Nuevo Testamento: de las cartas de San Pablo, o las
Epístolas Católicas o del libro de los Hebreos o el Apocalipsis. Es
decir, son los escritos de los apóstoles, escuchamos la predicación de
los primeros hombres a los que Jesús les dijo: “Vayan y hagan discípulos míos a todas las gentes… enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado.” (Mt 28, 19-20).
Evangelio:
![7](http://catholic-link.com/wp-content/uploads/2015/08/7.jpg)
Y por último … La Homilía:
No basta oír la Palabra de Dios, sino
que también necesitamos que nos sea explicada de manera adecuada.
Homilía viene de una palabra griega que significa “diálogo”,
“conversación”. Es el momento en el que el sacerdote explica los pasajes
proclamados para poder ahondar en ellos. Si en el Evangelio Dios nos
habla por su Hijo Jesucristo, en la homilía nos habla por su Iglesia.
ENTREGA DE LA PALABRA DE DIOS
Lc. 8, 4-15
Canciones: Tu Palabra me da vida, Santa María del Camino, Tu fidelidad
Objetivo: Entregar a cada Familia la Biblia o Nuevo Testamento, invitándolas a acoger La Palabra de Dios con una mente y un corazón abiertos, para así dar mucho fruto.
Elementos: cartel: TU PALABRA ME DA VIDA, planta, agua, cirio, Biblia. Biblias para cada familia. Versículos: Is 55, 10,11´Mc 10,14´Mt 13,44´Mt 11,4-5´Mt 5,3´Mt 9,37-38´Mt 5,13´Mt 5, 14,15´Ez 36, 26´Mt 7,12´Lc 6,36-37´Jn 15,12-13´Mt 13,45-46´dn 3, 57.74´Mt 7,7´Mt 13,33´Mt 13,23´Lc 22,19´Jn 6,51´Jn 8,12´Jn 10,11´Jn 15,16´1Jn 4,7´dt 11,18.19
Saludo Inicial
Celebrante: La Palabra de Dios es un alimento fundamental para los cristianos. Así como esta planta que vemos delante del atril no podría vivir sin agua y sin luz, así nosotros, los cristianos, no podríamos vivir sin la Palabra del Señor. Ella es un tesoro precioso que nunca se agota, porque Dios jamás deja de hablarnos. De nosotros depende que su Palabra no resuene en vano, que seamos abiertos y dóciles a lo que Él nos revela, nos enseña y nos pide.
Guía: Para que la Palabra de Dios dé fruto, tenemos que ser buena tierra, ello significa escuchar la Palabra y ponerla en práctica, decirle al Señor, como la Virgen María cuando la visitó el ángel Gabriel para anunciarle que iba a ser la mamá de Jesús: "Há
Elementos: cartel: TU PALABRA ME DA VIDA, planta, agua, cirio, Biblia. Biblias para cada familia. Versículos: Is 55, 10,11´Mc 10,14´Mt 13,44´Mt 11,4-5´Mt 5,3´Mt 9,37-38´Mt 5,13´Mt 5, 14,15´Ez 36, 26´Mt 7,12´Lc 6,36-37´Jn 15,12-13´Mt 13,45-46´dn 3, 57.74´Mt 7,7´Mt 13,33´Mt 13,23´Lc 22,19´Jn 6,51´Jn 8,12´Jn 10,11´Jn 15,16´1Jn 4,7´dt 11,18.19
Saludo Inicial
Celebrante: La Palabra de Dios es un alimento fundamental para los cristianos. Así como esta planta que vemos delante del atril no podría vivir sin agua y sin luz, así nosotros, los cristianos, no podríamos vivir sin la Palabra del Señor. Ella es un tesoro precioso que nunca se agota, porque Dios jamás deja de hablarnos. De nosotros depende que su Palabra no resuene en vano, que seamos abiertos y dóciles a lo que Él nos revela, nos enseña y nos pide.
Guía: Para que la Palabra de Dios dé fruto, tenemos que ser buena tierra, ello significa escuchar la Palabra y ponerla en práctica, decirle al Señor, como la Virgen María cuando la visitó el ángel Gabriel para anunciarle que iba a ser la mamá de Jesús: "Há
BIENVENIDA Y ACOGIDA
Mt. 18, 19-20
Canciones: Juntos como Hermanos, Esta es la Luz de Cristo, Santa María del Camino.
Objetivo: Agradecer a la familia por aceptar la invitación a conocer junto a sus hijos el camino de la catequesis, acogerlos con afecto.
Elementos: Cirio pascual, vela para cada familia, altar para cada familia.
Compromiso Bautismal: Papá, Mamá, Padrino (a) te comprometes hoy a educar a tu hijo según la Ley de Cristo y de la Iglesia? / Quieres esforzarte en hacer crecer tu formación cristiana y la suya, con disponibilidad y responsabilidad? / Quieres acompañar con paciencia y cariño a tu hijo (a) en su camino de preparación a la vida eucarística?
Compromiso del catequista: Estás dispuesto a poner todo tu conocimiento y entusiasmo en este servicio que la Iglesia te confía, apoyando a estas familias en su camino de preparación a la vida eucarística?
Presentación: cada uno hace una breve reseña de su vida y se presenta.
Celebrante: Nuestro Dios que es bueno y misericordioso, nos está siempre invitando a reconocerlo como Señor de nuestra vida en la que nos acompaña a diario el Espíritu Santo. Hoy iniciamos la continuidad del compromiso adquirido al bautizar a sus hijos y ahijados para educarlos en la Fe.
Guía: El cirio pascual simboliza la presencia de Jesucristo como luz del mundo que guía a todos los seres humanos, mientras cada familia enciende su vela cantamos ´esta es la luz de Cristo´
Celebrante: Evangelio, comentario. Agradecemos a Jesús: "Gracias, Señor Jesús, porque estás aquí y quieres quedarte con nosotros"
Guía: (hace entrega del Altar) Este Altar de la Sagrada Familia de Nazareth, acompañará a cada familia en el camino de iniciación a la vida eucarística, lo pondrán en un lugar privilegiado de su hogar junto a la Biblia o Nuevo Testamento y una vela.
Celebrante: (renueva compromiso bautismal). Oremos: ¨Padre Nuestro, que estás en el cielo...´, (renueva compromiso catequista). Oremos: "Padre de Bondad, Tú que enviaste a tu hijo Jesús para realizar tu misión en el mundo bendice a la (s) catequista (s) que hoy comienzan a acompañar a estas familias en su camino de CFIVE. Bríndales paciencia, generosidad y alegría, que sea responsable y de buen testimonio de su condición de cristiana". Bendición final.
ORACIÓN DEL CATEQUISTA
Señor Jesús, aquí me tienes para servirte
y colocar a tus pies
la labor en que estoy empeñada.
Tú me escogiste para ser catequista,
anunciadora de tu Mensaje a los hermanos.
Me siento muy pequeña e ignorante,
soy a menudo inconstante,
pero sé que Tú me necesitas.
Gracias por confiar en mí,
pequeña servidora tuya.
Estoy pronta a cumplir esta hermosa tarea
con sencillez y modestia, amor y fe.
Quiero ser instrumento tuyo,
para despertar en muchos hermanos
cariño por tu persona,
confianza en tus promesas,
deseos de seguirte como discípulo.
Bendice día a día mis esfuerzos,
pon tus palabras en mis labios,
haz que, en comunión con mis hermanos,
pueda colaborar a extender tu Reino.
María, tú que seguiste siempre con fidelidad
las huellas de tu Hijo,
guíame por ese mismo camino.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario