miércoles, 11 de septiembre de 2013

A 40 años del Golpe de Estado en Chile...

Hoy es un día que muchas personas recuerdan como un día de "salvavidas" de un régimen mal encaminado al socialismo y capitalismo, pero es imposible dejar de reconocer el "reencuentro" de tantos otros compatriotas con los sentimientos de odio, venganza, furia, ira, oprobio, humillación, invasión, exaltación, transgresión, luego de ser víctimas de la violencia y nulo respeto de sus DD.HH.... creo que como "chilenos" tenemos el derecho a vivir en paz, sin rencores, pero siento que eso sólo será posible cuando nos respetemos mutuamente y seamos capaces de aceptar y tolerar las opiniones de cada cual, porque éstas debieran ser fundamentadas en la realidad de cada vivencia personal y no juzgarnos los unos a los otros ni contra-atacarnos pensando que "nuestra verdad" es la "única"...
No quiero pensar que esos sentimientos de rechazo a la paz serán transmitidos a tantas generaciones venideras, eso sólo nos llevará a seguir "maltratándonos" entre hermanos... si bien es cierto, cada época de la historia de nuestro Chile nos conduce a un crecimiento como sociedad, debemos rescatar de todas estas experiencias las lecciones que nos encaminen a presentarnos erguidos y con justicia ante el futuro para ser una Patria (verdaderamente) Libre y Soberana, en donde podamos ir por las calles sin resentimientos ni esperando recibir miseria de parte de quienes asumen cargos públicos ni gubernamentales.
Como seguidora de Cristo, no me queda sino pedir a Dios Trino que abra tantos corazones oprimidos para que (quienes deban) puedan entregar las informaciones tan anheladas por padres, hijos, esposos, amigos que han visto truncada su felicidad por ignorar lo sucedido con sus familiares.
Si bien es cierto no tengo recuerdos propios (imposible tenerlos con dos años de nacida), creo firmemente que, sin necesidad de olvidar, podemos fomentar la reconciliación todos quienes tenemos la intención de vivir en paz, sin el temor de encontrarnos con la muerte por el sólo echo de pensar distinto al Gobierno de turno, de manera que todo aquel que se siente vulnerado en sus derechos pueda algún día vivir sin rencores ni esperando aplicar "ojo por ojo..."